viernes. 29.03.2024

Pactar con el Diablo

La cordillera Dirección: Santiago Mitre. País: Argentina (coproducción Argentina-Francia-España). Género: Intriga. Thriller político. Duración: 114 min. Intérpretes: Ricardo Darín, Dolores Fonzi, Érica Rivas, Gerardo Romano, Paulina García, Alfredo Castro, Daniel Giménez Cacho, Elena Anaya, Leonardo Franco, Christian Slater. Guión: Santiago Mitre. Música: Alberto Iglesias. Fotografía: Javier Juliá. Estreno en España: 29 de septiembre 2017.

Siendo americano, Ricardo Darín es ese actor que nunca ha necesitado trabajar en Estados Unidos para ser el mejor. Fiel a sus cánones y estilo de vida, aparece por nuestras pantallas con humildad y sencillez acaparando con su portentosa interpretación los focos que el actor de carne y hueso rehúye desde sus inicios. Encarna de la mano del bonaerense Santiago Mitre (El estudiante, Paulina) al presidente de Argentina, de reciente elección, origen modesto, mirada magnética (claro está) y mucho que demostrar, que asiste a una importantísima cumbre de mandatarios latinoamericanos teniendo ciertos asuntos familiares también pendientes.

Los vericuetos del guión nos llevarán por la oscura senda de una negociación política que supone toda una lección de realidad, donde no sobra un solo diálogo ni tampoco flaquea un solo miembro del atinado reparto, porque si bien es cierto que Darín es quien lleva el peso, el alma y la mayor parte de los minutos, no menos cierto es que una cinta de este tipo no se contenta con una estrella si no está rodeada por veracidad. Dolores Fonzi, Érica Rivas, Gerardo Romano o Paulina García se encargan de poner esta materia prima. Además, veremos pasar fugazmente a Elena Anaya como incisiva periodista de prestigio que llega a la cumbre con algunas muy suculentas entrevistas pactadas que no tienen desperdicio.

Precisamente la subtrama de la periodista, así como la parte de la hija del presidente son las partes que lastran la energía y el carácter del relato, porque siendo muy útiles para que vayamos conociendo al personaje de Darín en profundidad, dejan ciertas lagunas que transmiten la sensación de que se quedan deslavazadas por falta de tiempo para desarrollarlas más.

El privilegiado enclave montañoso (no se me ocurre otro motivo para una cumbre así en un sitio tan agreste que el de que luzca el escenario en la película, pero cómo luce…), la opresiva sensación de que algo que está oculto nos va a ser revelado más temprano que tarde, la certeza de que la historia trata de mucho más de lo que pone la sinopsis, y el personaje principal son motivos más que suficientes como para recomendarles esta propuesta original, enigmática y con fogonazos de brillantez.

 El abrupto final es otro de los elementos de controversia, siempre lo es. En este caso el final “zasca” puede ser tildado con sentido de apresurado por tener que ir cortando o no saber ponerle mejor lazo al regalo; por otro lado, confieso que me gustan los cierres de este tipo si vienen a cuento, un golpe con forma de fundido a negro puede causar mayor impacto para el espectador y conservar el regusto reflexivo durante más tiempo. Cuestión de criterios…

Para terminar, me quedo a pesar de los defectos con la idea de que lo que empezó siendo una alabanza hacia Ricardo Darín ha acabado englobando al conjunto de la obra, y de que a la pregunta que ya en el tráiler se nos plantea de “¿existe el mal?” no nos da el libreto respuesta estándar, sino piezas que encajar nosotros mismos. ¡Vivan los librepensadores!

 

Puntuación: 7

 

JUAN CARRASCO DE LAS HERAS [email protected]

Pactar con el Diablo