Acabaron las pruebas, las especulaciones, las conjeturas y los dos 'once' para cada tiempo. Se terminó quedarse con las buenas sensaciones y menospreciar el resultado final. La hora de la verdad ha llegado para el Ceuta. Y la vuelta a la realidad liguera -domingo, 11.30 en El Rosal- no pinta precisamente sencilla para el conjunto ceutí. Vale que el rival es un recién ascendido desde la regional andaluza, pero el Cádiz B no resultó nunca un rival sencillo.
El Ceuta tiene, además, una baja por sanción, la del delantero Cristo y la duda de si podrá contar con otra de las incorporaciones, Alfons Serra. El mediocentro catalán está pendiente de recibir el transfer de su anterior club, el Mons Calpe gibraltareño, para poder estar a las órdenes de Juan Ramón Martín.
Puede haber gente que juegue al futbol como los dioses, pero las deidades no juegan al balompié. En cualquier caso, la plantilla invocará en la tarde de este viernes la ayuda divina. A las 20.00 con un rezo en la mezquita de Muley El Mehdi. Tres cuartos de hora más tarde, en la Iglesia de Santa María de África. Una tradición al inicio de una campaña como esta en la que, por cierto y para amantes de la estadística, se cumplen veinte años desde el último ascenso a Segunda B.
