viernes. 29.03.2024

 

 

Cinco minutos de silencio; de riguroso silencio solo interrumpidos por el teléfono móvil de algún despistado o el ruido habitual de algunos motores de aire acondicionados; imperceptibles casi siempre, hoy estruendosos. Ceuta se ha parado, como el resto de España, para mostrar la repulsa por los atentados de la Ciudad de Barcelona. Quiso la casualidad que al frente del Gobierno local se encuentre, de modo accidental y hasta el regreso de Juan Vivas, alguien con raices personales, precisamente, en la capital catalana. La consejera de Presidencia, María Isabel Deu.

 

Algunos portavoces de partidos políticos se pronunciaron contra la barbarie. Yolanda Bel, secretaria general del PP, pedía ir un paso más allá de las cadenas de Facebook y los actos con flores.

 

La portavoz del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, Fátima Hamed, insistía en que el amor es la verdadera enseñanza religiosa.

 

Y el portavoz de Caballas, Mohamed Alí, volvía a pronunciar sus palabras del jueves: los musulmanes tienen que dar un paso al frente.

 

No solo las principales instituciones: también la flota de taxis cesó su actividad para sumarse al silencio, al dolor, al abrazo fraterno y silencioso entre Ceuta y Barcelona.

Ceuta, "amb" Barcelona