Probablemente, muchos de los jugadores y aficionados que tenían previsto darse cita a las siete de la tarde de este lunes en el "Sania Ramel" de Tetuán no fueran conocedores de ello, pero los dos equipos que iban a saltar al terreno de juego, Mogreb de Tetuán y Agrupación Deportiva Ceuta, son los herederos de una hermosa historia balompédica a la que, igual que el amistoso, la política puso el epílogo.
Una historia que nace en el Tetuán de hace casi cien años, de la mano de Fernando Fuertes de Villavicencio. Que fuera teniente de Arillería en tiempos de la República es una anécdota: había sido jugador del Atlético de Madrid, de ahí que el mejor conjunto de la historia del Protectorado tuviera un uniforme similar al club "colchonero". Al Atlético de Tetuán le sorprende, como a todos, la Guerra Civil y se paralizan las competiciones. Pero después del periodo bélico, el conjunto liderado por Julio Parres -padre del recientemente fallecido ex presidente de Cruz Roja en Ceuta- comienza a hacerse un nombre en la Tercera División, ascendiendo por primera vez a Segunda División en la temporada 1948/49. Como curiosidad, en esos años el Barcelona había jugado por primera vez en el continente africano un amistoso, ganando por 1-8, en el Estadio de Varela. Llamado así en homenaje al general José Enrique Varela, ministro de Franco y Alto Comisario en la época. Llama la atención el carácter multiétnico de algunos detalles del escudo, que incluía el rezo en una mezquita y la Estrella de David como elementos representativos del club tetuaní.
Dos temporadas más tarde, llega la gran sorpresa. En un grupo en el que militaban el Hércules, la Unión Deportiva Melilla, la Real Balompédica Linense o la Sociedad Deportiva Ceuta, el Atlético de Tetuán se proclama campeón por delante de Real Zaragoza o Unión Deportiva Las Palmas, logrando el ascenso a Primera División. Un paso efímero por la máxima categoría, del que se recuerdan dos intensos partidos contra el Real Madrid en el que los arbitrajes decantaron del lado blanco el segundo encuentro. Hasta el punto de que, por primera vez en la historia, un árbitro -en este caso el asturiano José Fombona Fernández- era sancionado por su parcialidad con una multa de 500 pesetas de la época.
Cuatro años después de aquello, España clausuraba el protectorado en Marruecos, con lo que el Atlético de Tetuán desapareció. O, mejor dicho, se dividió en dos: el Mogreb Tetuán que llegó a medirse en 2014 al Real Madrid en el Mundialito de clubes y el Atlético de Ceuta que, a principios de los 60, rozó el ascenso a Primera y mantuvo buenas temporadas en Segunda y Tercera División. Hasta que, hace cinco campañas, se le cambiaba el nombre al equipo y nacía la actual Agrupación Deportiva Ceuta Club de Fútbol.
Tetuán, Ceuta, el fútbol y algunos nombres propios. Por ejemplo, el de Mohamed Lahcen "Chicha", alguien con un talento innato para la práctica del balompié y al que solo una vida algo licenciosa y haber nacido en la época privaron de haber sido uno de los jugadores más emblemáticos de la historia del deporte rey. Por cierto: ascendió a Segunda en 1949. Ese mismo año, moría en un accidente aéreo la plantilla completa del Torino, considerado uno de los mejores equipos de la historia. Uno de los jugadores fallecidos fue Mario Rigamonti. ¿Les suena el apellido, verdad?. Días antes de la tragedia, directivos del Atlético de Tetuán probaban un mero improvisado con pimientos, tomate frito y alcaparras: alguien exclamó que el nuevo plato era mejor que el mediocentro italiano. Nacía, de ese modo, uno de los estandartes de la cocina en el Norte de Africa y Canarias.
