Concentración previa en la sede del club para un compromiso complicado, ante un rival imprevisible. No es la Real Balompédica Linense, la "Recia Balona", o el Cádiz B. Es un 'contrincante' mucho más difícil de marcar: la propia afición. Y es que en vez de buscar -qué también- la complicidad de los medios de comunicación, del boca a boca o la clásica estampa de las azafatas ataviadas con camiseta blanca atendiendo a los curiosos bajo el Edificio Trujillo, la Agrupación Deportiva Ceuta ha vuelto a hacer bueno aquello de Mahoma y la montaña. Los jugadores han estado, Revellín, Gran Vía y Calle Real, arriba y abajo para buscar abonados o un donativo con hucha al ristre. Javier Vereda, responsable de comunicación de la Agrupación Deportiva Ceuta, lo explicaba
Una iniciativa que sorprende hasta a hombres curtidos como el melillense Sufian, que admitía que nunca se ha visto en una situación como la de este miércoles.
El Mercado Central, esa especie de medidor político y social de la Ceuta más costumbrista, acogía el primer recorrido. Puesto por puesto, cafetería por cafetería. "Parecen políticos en campaña", murmura con sorna alguien. Y entre frutas, especias y el escrutinio visual del paisanaje, el ex algecirsita Willy nos explica que lo tiene claro a la hora de repartir sus preferencias sentimentales entre el Ceuta y el Algeciras de sus amores, al que se enfrentará por vez primera.
Juan Ramón Martín es prudente. Tanto el como Javier Vereda mencionan "aquello en lo que estamos todos pensando pero no vamos a mencionar" (vulgo ascenso) para definir el objetivo de la inminente temporada. Partido a partido, "simeoniza". Una frase muy colchonera. Y si damos por bueno que al Atlético el fútbol le debe una Champions ¿Le ocurre lo mismo a el con el ascenso, que persiguió hasta en tres ocasiones como futbolista, defendiendo los colores del Ceuta?.
A todo esto, el jueves hay futbol. A las siete y cuarto, presentación. Y a las ocho, amistoso en casa contra un viejo rival, el Linense. La cita, como no, en un Alfonso Murube ávido de reverdecer viejos laureles.
