jueves. 28.03.2024


Desde el Área de Aparato Digestivo del Hospital Universitario de INGESA se quiere dar a conocer una serie de recomendaciones alimentarias para el verano: Para empezar, los huevos han de comprarse limpios, no lavarlos y guardarlos en el frigorífico. Hay que cuajar bien las tortillas y no dejar a temperatura ambiente mahonesas, cremas o batidos.

 

También es necesario además lavar bien las verduras, usar gotas de lejía de uso alimentario para el lavado y conservarlas en frío. Y no se debe comprar pescado con olor fuerte. Si se va a congelar, hacerlo cuanto antes. Envolver cada tipo de pescado por separado.

 

La carne fresca debe ser roja, no marrón, y su grasa blanca, no amarilla. Las aves resisten mal la luz y las altas temperaturas. Es necesario conservarlas en fío. Otra consideración es el olor a amoniaco del marisco, fuerte o desagradable, que indica descomposición. Se recomienda no consumirlo crudo y cocerlo en las 24 horas siguientes a su compra o congelarlo. Ademes de consumirlo antes de dos o tres días. Se advierte de desconfiar del marismo que no lleve etiqueta de depuración.

 

Otras recomendaciones son evitar la descongelación de helados. Guardar los productos lácteos en el frigorífico y consumirlos lo antes posible una vez abiertos.  Proteger los embutidos de la humedad y de los cambios bruscos de temperatura y descongelar los alimentos en la nevera.

 

Además es prioritario mantenerse bien hidratados, preferentemente con agua y por último recordar que una dieta estándar en verano debe contener hortalizas y verduras en forma de gazpachos, salmorejos o ensaladas; al menos tres piezas de fruta al día; alimentos ricos en antioxidantes como la zanahoria, pimientos rojos, melón, espinacas o berros; pan y cereales integrales; legumbres en forma de ensalada; y pescados.

Ingesa recomienda tener cuidado con los alimentos durante el verano