No hay solución a corto plazo para la situación de la frontera. Así de contundente se ha mostrado este jueves el delegado del Gobierno que, en primer lugar, ha querido disculparse por si de sus declaraciones anteriores se ha podido entender que minimizaba un problema del que, ha asegurado, es absolutamente consciente y trabaja para solventar.
En este momento, ha explicado Nicolás Fernández Cucurull, se trabaja para tratar de buscar un punto de encuentro entre las dos países involucrados, España y Marruecos, para el que el Gobierno de la Nación está abierto a la negociación.
De hecho, ha explicado el delegado del Gobierno, este fue uno de los asuntos que se abordó en la reunión que mantuvo este lunes con el secretario de Asuntos Exteriores. Entre las posibles soluciones, ha explicado Fernández Cucurull, se encuentra la modificación del Tratado Schenguen, algo que requiere una explicación a los socios europeos y también el acuerdo de Marruecos.
Lo que sí tiene claro el delegado del Gobierno es que es cuando se producen bloqueos en la frontera marroquí, cuando se colapsa el tráfico en la N-352. Para Fernández Cucurull lo que está sucediendo no responde a un problema de gestión sino de dimensión, el comercio transfronterizo se ha convertido en insostenible, entre otras cuestiones por el crecimiento de la población de la provincia de Tetuán y el incremento del número de personas que se dedican a las tareas de porteo.
Respecto al plan de seguridad exigido a los empresarios de los Polígonos, el delegado del Gobierno ha explicado que se está a la espera de la respuesta al recurso presentado por una de las comunidades de propietarios. Fernández Cucurull ha explicado que sigue pensando que ese plan de seguridad es parte de la solución ya que permitiría un uso más intensivo del Tarajal II y por tanto reduciría en parte el número de porteadores en vehículos que se ha visto incrementado por el descenso del porteo a pie.
