Los presidentes de Ceuta y Melilla, Juan Vivas y Juan José Imbroda, se han reunido este jueves en el Senado para abordar las cuestiones comunes a ambas ciudades. Entre los acuerdos que se han alcanzado se encuentra la solicitud de un tratamiento “singular y específico” en el marco del futuro sistema de financiación autonómica. Junto a esta cuestión, ambos presidentes han señalado que se debe clarificar definitivamente el estatus de las dos ciudades en lo que es refiere a sus Estatutos de Autonomía y han insistido en la necesidad de dotar de más medios y recursos a sus fronteras.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha valorado la trascendencia de la reunión y ha subrayado el hecho de que se haya fijado una “posición común” en estos tres temas. Vivas ha asegurado que la experiencia indica que cuando Ceuta y Melilla han ido de la mano se ha sido eficaz para lograr objetivos en los asuntos que se han abordado.
En lo que se refiere a la financiación autonómica, tanto Vivas como Imbroda consideran que Ceuta y Melilla requieren un tratamiento específico justificado es aspectos como ser las únicas fronteras terrestres de España y la Unión Europea en África. Vivas ha recordado que esto tiene consecuencias en el coste de servicios y de que se requieren mayores esfuerzos en materia de empleo, vivienda, educación o servicios sociales. Es por ello que los dos presidentes quieren que este tratamiento singular se traslade al documento final de la Comisión de Expertos que se traduzca en un fondo de financiación específico en el nuevo modelo de financiación.
Respecto a la cuestión estatutaria, Vivas e Imbroda han acordado que se elaborará por parte de los servicios jurídicos un documento sobre una posible modificación de “mínimos” del Estatuto de Autonomía con objeto de clarificar de forma definitiva este asunto, tras las resoluciones judiciales que afectan a Ceuta en lo que se refiere al nombramiento de cargos electos y que podrían extenderse a Melilla.
Finalmente y con respecto a la situación de la frontera, Vivas e Imbroda han insistido en la necesidad de apelar al Gobierno de la Nación y a la Unión Europea de que se trata de las dos únicas fronteras de Europa en territorio africano, señalando que físicamente tienen una capacidad limitada de absorción y que es obligación de todos poner los medios necesarios para que la presión no repercuta de forma negativa en la circulación, el mantenimiento de los servicios y que no se convierta en obstáculo para las oportunidades que el hecho fronterizo ofrece en el empleo o el comercio.
