jueves. 18.04.2024

 

Con puntualidad cuasi británica abrían las puertas de la sede de Daoiz para dar comienzo al día final de la fatigosa carrera socialista hacia la elección de la persona que liderará el PSOE a nivel nacional durante los próximos años. Desde primera hora, la sede socialista era una radiografía, también, de la división interna que en el histórico partido no han querido o podido ocultar. Sandra López Cantero, interventora de la candidatura de Susana Díaz observaba una mesa, presidida por Manuel Labao,  entre cuyos miembros si había una cierta cordialidad. Antonio Gil, ex líder de UGT, ironizaba al depositar su voto por la candidatura de Patxi López "para que al menos haya uno".  Más allá del espacio físico de esa mesa, desaparecía cualquier atisbo de camaradería: los partidarios de las distintas candidaturas se agrupaban en pequeños corrillos, con el cuchicheo  como sonido de fondo y el "espionaje" a los comentarios en redes sociales como tema de conversación.

 

Ni siquiera cuando el secretario general de los socialistas, Manuel Hernández, ejerció su derecho al voto se rompió el hielo. Ni un saludo. Hernández si intercambió apretones de manos con todos los miembros de la mesa para, a continuación, apostar por "un PSOE fuerte" que, "como ha ocurrido en Portugal" contribuya a rescatar la socialdemocracia europea.

 

Hernández no quiso vincular su futuro a lo que ocurra hoy, pero -por si aún quedaba alguna duda- aclaró que su voto "como militante de base" era para Pedro Sánchez.

 

Los resultados en Ceuta se conocerán, según la propia Ejecutiva provincial, en torno a las 21.30

Corrillos y miradas esquivas en las primeras horas de las decisivas primarias del PSOE