jueves. 18.04.2024

La Historia es divertida

El Ministerio del Tiempo

Dirección: Marc Vigil. Creadores: Javier Olivares y Pablo Olivares. Intérpretes: Aura Garrido, Nacho Fresneda, Hugo Silva, Cayetana Guillén-Cuervo, Jaime Blanch, Juan Gea, Natalia Millán, Francesca Piñón, Julián Villagrán, Susana Córdoba, Macarena García, Luisa Gavasa. Producción: Onza Entertainment y Cliffhanger para TVE. Coordinación contenidos: Anaïs Schaaff y Abigail Schaaff. Guionistas: Javier Olivares, Anaïs Schaaff, Javier Pascual, Carlos de Pando, Angel Aranda, Alonso Laporta, Alberto López y Pablo Lara. Director de casting: Amado Cruz. Efectos Digitales: David Heras, Guillermo García y Javier Pacín (User T38). Música: Darío González Valderrama.

 

Mucho nos hemos empeñado a lo largo de los últimos años en alabar la incursión en la modernidad con un elevado componente de valentía del cine español. Hoy echamos la vista a la hermana ¿pequeña?, la televisión, que anda por los mismos vericuetos de transformación para gozo del espectador patrio y ajeno, que puede disfrutar de un amplio abanico de posibilidades seriéfilas desde el sillón de casa sin tener que saltarse automáticamente las producciones españolas.

 

Se encuentra en capilla ya el estreno de la tercera temporada de El Ministerio del Tiempo, la serie creada por los hermanos Olivares. Vuelve la patrulla de estos peculiares funcionarios que mediante puertas se desplazan por diferentes rincones del espacio y del tiempo de la historia de España para solucionar alteraciones de acontecimientos relevantes.

 

El propio Javier Olivares, alma mater del proyecto estrenado en su primera temporada en febrero de 2015, nos cuenta que esta serie pretende azotar dos de los males que afectan a la sociedad española, que no son otros que los de no saber apreciar la grandeza de lo nuestro y el de la ausencia de visión autocrítica. Con estos elementos de partida, bastantes toques de humor y grandes trabajos de casting y efectos digitales, los tres protagonistas, un policía de la época de la transición (Hugo Silva), una mujer muy adelantada a su siglo XIX (Aura Garrido) y un soldado de los tercios de Flandes (Nacho Fresneda) se adentrarán en distintos momentos relevantes de nuestra vida y de las de nuestros antecesores en cualquiera de las épocas, desde la prehistoria hasta la actualidad. El incendio del alcázar de Madrid, la reunión de Franco con Hitler, la muerte del Cid, la visita de Napoleón a España, la creación de El Quijote, el episodio de “los últimos de Filipinas” y la pérdida de las últimas colonias españolas, la Operación Mincemeat de la 2ª Guerra Mundial son hitos de la historia que hemos visitado o visitaremos, sin olvidar otros asuntos de los que se ha escrito menos, como los innumerables casos de bebés robados o el infame personaje barcelonés de “la vampira del Raval”.

 

La producción cuenta con unas posibilidades casi infinitas, puesto que cada capítulo supone una posible ambientación e incluso estilo narrativo distintos, lo cual nos lleva desde el género histórico al policiaco, pasando por otros muchos, con el toque personal de los prestigiosos directores invitados y los personajes secundarios, todos sin desperdicio, que harán que mirar atrás sea de lo más divertido.

 

A pesar del aplauso generalizado, los datos de audiencia contrapuestos al considerable presupuesto necesario para parir un proyecto de este tipo nos dejaron a los fans con la incertidumbre de si habría tercera temporada hasta meses después de acabar la segunda. Finalmente, el interés de otras cadenas por hacerse con el producto, las polémicas exportaciones al extranjero (la creadora anda de pleitos con la compañía estadounidense que presuntamente la ha plagiado con descaro) y el clamor de las redes sociales (esta serie posee una de las más apasionadas y activas comunidades virtuales) han disipado dudas. TVE no se ha atrevido a desvincularse de una producción que, además de lo citado y del servicio cultural que supone, cuenta ya en solo dos años con el aval de dos premios Ondas, tres Fotogramas de Plata, tres premios Feroz, cuatro premios Iris y tres Premios Madrid Imagen; y esto además del desembarco de las nuevas plataformas y el subsiguiente respaldo económico del gigante Netflix, lo cual se transforma en un respiro y en inversión generalizada que abre la puerta a cotas mayores de ambición narrativa. Que una serie sea española tampoco es excusa ya para no verla. Cómo hemos cambiado, que diría aquella…

JUAN CARRASCO DE LAS HERAS [email protected]

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