Alrededor de las 10 de la mañana llegaba el primer buque ruso que hacía escala en Ceuta desde abril del 2016. Una imagen que se había convertido en cotidiana con la frecuente presencia de buques de la Armada Rusa en el puerto de la ciudad y que se vio interrumpida debido a las quejas de representantes de países aliados de la OTAN como Gran Bretaña o Estados Unidos.
Un segundo barco entraba en el puerto de la Ciudad poco más de una hora después como mudo testigo de que las actuaciones de los representantes de la Autoridad Portuaria han dado su fruto de forma que Ceuta vuelva a ser puerto escala de la Armada Rusa.
Esto supone una enorme oportunidad económica tanto para el puerto como para el conjunto del comercio ceutí, cuyas cifras pueden suponer cotas superiores de ingresos a las que dejan los cruceros que también frecuentan a Ceuta en sus escalas.
Un jarro de esperanza para los últimos meses del año que los comerciantes, que han tenido un año muy malo según sus propias valoraciones, van a acoger con ilusión esperando que con estas cajas se pueda mejorar la cuenta de resultados de 2018.
Una inyección económica que llega a Ceuta desde el puerto y cortesía de la Marina de guerra del estado que preside Vladimir Putin.
