Empecemos este artículo haciendo un ejercicio de autocrítica con la profesión. Podría parecer, por sus declaraciones sobre el racismo en España y el castigo que merece según el nuestro país, que el protagonista de la semana ha sido el futbolista Vinicius Junior. Las palabras del brasileño del Real Madrid -silente, por cierto, sobre las condiciones en las que trabajaron miles de obreros pakistaníes y nepalíes, también de piel morena, para construir los estadios de Qatar 22.-, han ganado terreno en el escenario declarativo/informativo de este país. Aunque, y esta es la crítica que los periodistas debemos hacernos a nosotros mismos, no será por falta de protagonistas en España. De hombres y mujeres, además, que proyectan la verdadera y positiva 'marca España' ante el mundo.
Se llama Javier Martínez Picado, y es uno de los mayores expertos mundiales en la gran pesadilla colectiva de finales del siglo XX: el SIDA. Y esta semana comenzaba con la publicación de un trabajo de un equipo científico, a nivel internacional, y coordinado por el desde Barcelona. Para un futuro más o menos cercano: quédense con el nombre del "paciente de Ginebra", porque probablemente a raiz de el siguieron cambiando muchas cosas.
"Es el sexto caso de curación, o remisión del virus, a partir de un trasplante de células madre", dice Martínez Picado a Ceuta Televisión. Pero "no queremos generar falsas expectativas a nadie: todos han sido curados porque padecían algún tipo de enfermedad sanguínea, bien fuera algún linforma o bien leucemia, que les hacía necesario un trasplante". Si es el sexto caso ¿qué lo hace diferente? "El resto de pacientes que se han visto en esta situación, han sido trasplantados usando células tipo CCC25, unas células que han experimentado una mutación. En este caso, no hay células mutadas, pero si compatibles. En los casos anteriores, el número de virus que quedaban en el organismo era mínimo: no quedaban ninguna célula, ni señales inmunológicas que nos delatase que pudiera haber virus circulando. Se interrumpió el tratamiento antiretroviral y veíamos si el virus regresaba o no, pero tras casi tres años el virus no ha reaparecido. Es un caso que preferimos llamarle de remisión más que de curación, pero aqui nos estamos acercando a una posible curación".
Martínez Picado insiste en que es "muy importante que tenemos una prueba de concepto, pero esta está exclusivamente reservada a casos con trascripción hematológica. No es posible ofrecer esto, de momento, a cualquier paciente con VIH Pero por el camino podemos encontrar muchas más cosas, pero al menos se mantiene una lanza en favor de la investigación. Estamos luchando por que la curación pueda llegar al VIH. Es cuestión de tiempo".
Supone un punto de inflexión, algo que con el cambio de siglo ni siquiera era imaginable. Sin embargo, coincide con una mayor relajación, sobre todo en las generaciones jóvenes, sobre el virus y las medidas para evitarlo. "La cronificación ha rebajado este virus y consecuencias que pueda tener. Intectarse no es mejor que no infectarse. Siempre es mejor vivir sin virus que con virus, y tanto por coste como por dependencia no puede ser. Hay más de medio millón de infecciones anuales en todo el mundo, y en los últimos años han aumentado los contagios. Sigue estando ahí, en países con menos recursos seguimos viendo problemas que hace años no se ven en el mundo occidental".Y también para la esperanza. En uno de los países que más ha padecido el SIDA, Sudáfrica, se ha decidido empezar a aplicar tratamientos a niños recién nacidos con escasas horas de vida. De momento, hay cinco bebés contagiados por vía materna que parecen haber eliminado el SIDA.
Por tanto, parece que llega el momento de vislumbrar como aquel descubrimiento que con tanto pavor (justificado) anunciaron en 1981 los galenos Luc Gallo y Robert Montagnier pueda ser, al fin, sometido por la ciencia y el talento. Pero para eso hace falta una cosa: seguir inviertiendo. "Una de las cosas que aprendimos de la pandemia del COVID es que nos podemos enfrentar a nuevos virus en cualquier momento. La investigación en cuestiones como el SIDA nos puede venir bien para hacerles frente. Por ejemplo, en el caso de la Hepatitis C y algunos casos curados, ha sido posible gracias a estrategias emergidas de la investigación del VIH". Inversión no sólo pública, sino también privada. "Nosotros no vamos a poner ningún problema, al contrario, a que determinadas personas con grandes posiblidades económicas hagan obras de filantropía. Nos comprometemos a informar del destino hasta del último céntimo de euro. Y es necesario invertir: tenemos muy buena ciencia en España, pero cada vez menos vocaciones. La falta de dinero hace que los jóvenes investigadores se vayan al extranjero o a la empresa privada", advierte.
