jueves. 28.03.2024

EL CONFLICTO

El Protectorado de España en Marruecos, vio nacer una guerra que se inició en julio de 1909, con el asesinato de varios operarios que construían el ferrocarril de las Minas del Rif y se extendió hasta ese mismo mes de 1927 con la proclamación de la Paz de Bab-Taza.

Agresión de 1909. Comienza la Guerra

El Ejército de África no estaba preparado, ni en técnicas, ni en personal, para atender esta guerra “irregular”, lo que producía una sangría de bajas que indignaba a los españoles haciendo impopular y no deseada la ocupación de ese territorio. Esto decidió al Gobierno a acometer, definitivamente, la reforma de la Ley del Servicio Militar, e iniciar la creación de un ejército voluntario. A finales de 1909 se crea una unidad de fuerzas indígenas. La aprobación de la Ley de 1911, que definió el servicio militar obligatorio, propicia la creación de las Fuerzas Regulares (nativos con Cuadros españoles) En 1912, a la vez que se ponía en marcha el servicio militar obligatorio, se aprobaba la Ley del Voluntariado con premio para los destinos en África. Con esto se pretendía sustituir la recluta forzosa con tropas indígenas y voluntarios. Pero el sistema creado no cubría las necesidades de esa guerra, por lo que unidades peninsulares, con personal de leva forzosa, se desplazaban a combatir en Marruecos.

  

LA GÉNESIS

En 1916, a instancias del General Luque, se estudia la organización, para Marruecos, de una legión extranjera, a semejanza de la francesa, considerando que, al finalizar la I Guerra Mundial, estarían “sin empleo” muchos militares y soldados. Por inestabilidad en el propio seno del Ejército este proyecto no vio la luz a pesar del intento de 1918. Pero en septiembre de 1919, ocupando el Ministerio de Guerra el General Tovar, se le ordena una comisión de servicio, en Argelia, al Comandante Millán Terreros – después Millán Astray –, uno de los más interesados defensores de la creación de La Legión Extranjera Española. Convivió casi todo el mes de octubre, en los campamentos de Tremecén y Sidi-Bel Abbès, con los legionarios franceses y estudió su forma de vida, funcionamiento, instrucción y organización. Con esa información, de primera mano, elaboró un informe, que aportó los mejores datos para la confección del futuro Reglamento.

Ministro Villalba

LA FUNDACIÓN

Siendo Ministro de Guerra el General Villalba, en el Consejo de Ministros del 20 de enero de 1920, se acuerda la creación de La Legión Extranjera Española, con el nombre de “Tercio de Extranjeros”. El Rey Alfonso XIII firma el Real Decreto de creación el 28 de enero de 1920, documento que se publica en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra nº 22 del 29 de enero del mismo año. Con la denominación de Tercio de Extranjeros se creará una Unidad militar armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por que ha de regirse serán fijados por el Ministro de Guerra” Curiosamente, en todos los estudios, y documentos previos, se la denominaba como Legión Extranjera, pero terminó llamándose así.

Alfonso XIII

LA ORGANIZACIÓN

Millán Astray, ascendido a Teniente Coronel el 7 de enero y destinado al Regimiento del Príncipe (Oviedo) el mismo día que el Rey firmó el Real decreto Fundacional, fue comisionado sin pérdida de destino, por Real Orden, para la organización de la recién creada unidad, dos días después de la publicación del Real Decreto Fundacional.

General Silvestre

El General Silvestre, por entonces, Comandante General de Melilla, emitió un informe desfavorable a la creación de La Legión, lo que, unido a su no inclusión en los presupuestos ya aprobados, mantuvo “olvidado” el proyecto. No obstante, hay que recordar que la Ley de 2018, sólo admitía en filas españoles e indígenas, por lo que no se podía realizar el reclutamiento de extranjeros.

Ministro Vizconde de Eza

En esa tesitura estaba el asunto cuando fue nombrado Ministro de la Guerra el Vizconde de Eza, Luis de Marichalar, que lo retomó con renovadas energías. Coincidente en el tiempo es la conferencia que imparte Millán-Astray, el día 14 de mayo de 1920 en el Centro del Ejército y la Armada, ante el propio Ministro y una nutrida e importante representación militar. Contento el Vizconde, le pidió al orador que le ampliara la información contenida en su discurso y le prometió: “Yo le haré a usted La Legión”

Alto Comisario Berenguer

Apoyado por el Alto Comisario de España en Marruecos, el General Dámasp Berenguer, que le recomendó a Millán-Astray como Jefe de la nueva Unidad, el ministro acometió la creación de La Legión en contra de los informes negativos de la Intervención Civil de Guerra y Marina. El tema de los extranjeros lo justificó, años más tarde comentando que “quien concede lo más, concede lo menos” Como no tenía presupuesto decidió “ahorrar dinero” no cubriendo las bajas que se fueran produciendo y licenciando dos soldados de remplazo por cada legionario alistado.

CREACIÓN Y MANDO

Y así, el 31 de agosto de 1920, el Rey, firma el Real Decreto donde se ordena la organización del Tercio de Extranjeros. Sólo dos días después, mediante Real Orden, se le confiere el Mando del Tercio de extranjeros al Teniente Coronel Millán-Astray. Es en estas fechas, en celebración íntima y familiar, por la designación como Jefe de La Legión, donde surgen espontáneos los vivas que hoy siguen siendo reglamentarios en La Legión ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!

Teniente Coronel Millán Astray

REGLAMENTO, PUBLICIDAD Y ALISTAMIENTO

El 4 de septiembre, el ministro, firma la Real Orden donde se publican las Reglas (Reglamento) por las que habría de regirse el Tercio de Extranjeros. El alistamiento quedó abierto a españoles y extranjeros sin mayores exigencias que ser sanos, fuertes y aptos para empuñar las armas, ofreciendo, a cambio, la posibilidad de hacer carrera militar en el seno de La Legión. A tal efecto se organizaron Banderines de Enganche, inicialmente, en Ceuta el Central y en Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza. Este es el momento en el que se da publicidad a la nueva unidad con carteles anunciadores con las condiciones de enganche, que se reparten por toda el Estado y Consulados en el extranjero.

Cartel 1920

EL PRINCIPIO

El 20 de septiembre se presenta un ciudadano español llamado Carlos Expresati de la Vega en el Banderín de Ceuta. Es filiado, con el número 1, y pasa el reconocimiento médico, con resultas de apto, el día siguiente. Es esta la instancia documental más fidedigna de la que tenemos constancia, para poder afirmar que fue el primer legionario alistado, al ser el primero que se presentó. Indudablemente que habrá otros compromisos firmados en los Banderines, Gobiernos Militares y Consulados con fecha anterior, pero entonces los medios de comunicación no permitían, como hoy, el recorrido de cientos, miles de kilómetros en pocas horas.

Expresati de la Vega

LA AVALANCHA Y JURA DE BANDERA

Impresa en Ceuta en septiembre de 1920, la cartilla, de apenas 40 páginas, titulada “El Oficial”, contenía las normas particulares de conducta que Millán Astray escribió para sus oficiales y que les entregaba al presentarse por su destino al Tercio. Ese sería el germen de lo que luego se conoció como el “Camino de los Caballeros”

Por Orden Circular del 16 de octubre se dan órdenes para la progresiva creación de Banderas y se modifica la Regla 20 para que los legionarios puedan alcanzar el empleo de capitán. El mes siguiente se ordena la licencia de los menores de edad sin consentimiento paterno.

La prensa de la época informaba de la avalancha de exmilitares en los consulados extranjeros – en el de Londres unos 2000 – que querían alistarse a la nueva unidad. Pero en las condiciones no se contemplaba el que pudieran mantener los empleos, en sus ejércitos de origen, y España no financiaba el viaje desde la nación de origen, solo al pisar suelo español se les pasaportaba a Ceuta por cuenta del Estado. En los Diarios Oficiales (DO) del 25, 28 y 29 de septiembre, habían sido destinados al Tercio los primeros Suboficiales y Sargentos; Jefes y Oficiales; y Cabos, respectivamente.

Fue tal el número de alistamientos que, en un escaso mes, desde que llegara el primer legionario a Ceuta, fueron creadas las tres primeras Banderas con dos compañías de fusiles y una de máquinas (ametralladoras) Reunidas en los llanos del río Tarajal el último día de octubre, Juran Bandera con la del Regimiento El Serrallo nº 69.

Primera Jura de Bandera del Tercio (31 de octubre de 1920)

El 17 de octubre se publicó en el DO el destino del Sargento de Banda Valentín Montero Alonso y otros 39 Cabos, Soldados, Cornetas y Tambores, en lo que sería la primera Banda de Guerra y Música, que seguramente ya actuó en la Jura de Bandera. Y continuando con las corcheas, fue Pedro Córdoba Samaniego –Músico Mayor de Segunda destinado al Tercio, en el DO del 4 de noviembre– el primer Director de la Música del Tercio. Mientras habían llegado un Veterinario –DO del 17 de octubre– y un Armeros con varios Herradores y Forjadores –28 de octubre– los primeros “especialistas” En ese mismo DO es destinado el primer Médico al Tercio, el Capitán Domingo Sierra Bustamante. Siete días después lo harían otros tres, un Comandante y otros dos Capitanes.

3 de noviembre de 1920

Banda de la II Bandera en septiembre de 1925

EL CREDO LEGIONARIO

No tardó el Fundador en dictar la norma moral por la que habría de regirse la vida del Legionario y La Legión, el “Credo Legionario” En sus doce Espíritus, que se mantienen inalterables a lo largo de nuestra historia, dictó la pauta de conducta que constituye la base espiritual de La Legión, su médula y nervio. Este código de honor, pensado para poder sobrellevar las duras condiciones que iban a encontrar los legionarios en aquella guerra, ha conseguido un espíritu de unidad y una cohesión entre sus componentes, que se mantienen – y mantendrán – a lo largo de toda la vida de La Legión. El ejemplo que dio Millán Astray y el propio Credo, culminado con los vivas reglamentarios, siguen cumpliendo con el cometido que propuso el Fundador y para el que fue escrito, el de ser la forma de vida de todos los que alguna vez vistieron la verde camisa legionaria.

Credo Legionario

Si tenemos en cuenta que Millán Astray era un ferviente cristiano católico y observamos la estructura del Credo, podemos afirmar que está escrito a semejanza de los Diez Mandamientos de la Ley de Dios. Esos doce Espíritus en realidad son diez que acaban con dos cierres, lemas o proclamas. Redactado con esa prosa, rítmica, casi poética de las Reales Ordenanzas de Carlos III, fluye entre sus renglones el espíritu de los grandes héroes, el ansia de entregarlo todo sin pedir nada a cambio – a semejanza de los caballeros samuráis – y el deseo de alcanzar las glorias de aquellos Tercios heroicos, de la Infantería Española, que dominaron Europa casi un siglo y medio.

La mayoría de historiadores y autores fundamentan la inspiración del Credo en el Bushido japonés, código de honor de los samuráis. Esta información está extraída del libro del general Carlos de Silva “General Millán Astray (El Legionario)” en el que, se citan palabras del propio Fundador apoyando las enseñanzas del Credo en el Bushido. Esa frase, puesta en valor por el General de Silva, la pronunciaría muchos años después de que viera la luz el Credo legionario. Lo cierto es que, en el libro que escribió Millán Astray, tres años más tarde de la fundación, sobre La Legión, no hace referencia a este hecho en el capítulo dedicado al Credo Legionario. Solo se menciona una vez la palabra “samuray” y dos veces “japonés” y nunca relacionadas con el Credo. El Bushido sería uno de sus libros de cabecera que leyó seguramente en 1909 o 1910, de la traducción al castellano de Gonzalo Jiménez de la Espada (1909) En 1941 lo tradujo a su vez al castellano, con la colaboración de Luis Álvarez de Espejo, de la primera traducción al francés de Charles Jacob (1927) Se editó para su distribución por el CEU entre sus alumnos y no para la venta.

El Bushido

EL UNIFORME LEGIONARIO

Si observamos la fotografía de la primera Jura de Bandera, vemos como se vestían con dos uniformes distintos. Eso es debido porque en el momento de ese acto aún no había suficientes uniformes “legionarios” para todos, y la mayoría se vestía con el uniforme de infantería del Ejército de Marruecos. Principalmente de las unidades disciplinarias que eran las que más sobrante tenían en sus almacenes. El uniforme legionario se aprobó con la publicación del Reglamento y su Regla nueve decía así:

“9.ª El uniforme y equipo, ínterin se dicta una cartilla de uniformidad para este cuerpo, atenderá principalmente a ser práctico, cómodo, vistoso y económico, ajustándose a los siguientes principios generales:

Usarán, como prendas de cabeza, gorro y teresiana, quedando autorizados para ensayar el sombrero de paja en verano.

La guerrera será. de color kaki verdoso, con cuello vuelto y bolsillos.

El pantalón, del mismo color y de forma breeche.

Las polainas, de vendas del mismo color que el traje.

Los zapatos, color avellana, empleando dos tipos, uno para campo y otro para cuartel o campamento.

El correaje, morral, bolsa de costado, etc., etc., serán de los modelos usados por la Infantería.

La prenda de abrigo será capote-manta.

El jefe del cuerpo, oyendo a la junta económica, propondrá el uniforme que proceda adoptarse como definitivo. Los jefa y oficiales destinados en el Tercio, usarán el de este cuerpo.”

Hay que recordar que nunca se ha dispuesto de esa cartilla que se dictaría “ínterin”. Lo cierto es que fue el Comandante Mayor del Tercio de Extranjeros, Adolfo Vara de Rey Herrán –destinado junto con Franco y otros oficiales el 28 de septiembre de 1920 – quien propuso a Millán Astray la uniformidad. El gorro es el, ahora famoso, “gorrillo legionario” con borla (isabelino) El correaje español de cuero se sustituyó, durante la guerra, por el tipo “mills” británico de la I Guerra Mundial, más ligero y práctico, que se adquirió en los almacenes de Gibraltar, de los sobrantes de las unidades de transmisiones belgas y canadienses. Y por fin la camisa verde legionaria. Copiada de los deportistas de la época, cómoda y práctica para el ejercicio. Con cuello vuelto, inicialmente sin botones, por lo que había que ponérsela por la cabeza. De ahí la tradición, iniciada por los propios legionarios cuando la abotonadura fue completa, de mantener abierto el botón superior para que se pareciera a las que venían usando normalmente. En cuanto al “chambergo” – que adoptó Franco –, sustituyó al sombrero de paja y se usó para el combate. Aunque no era reglamentario se institucionalizó, no sólo en La Legión, también en todo el ejército de Marruecos.

LAS PRIMERAS BAJAS

Tuvo La Legión su primer muerto en combate el mes de enero de 1921, el Legionario, de la 6ª Compañía de la II Bandera, Baltasar Queija Vega. En abril sufre la baja del primer oficial caído en combate, el Capitán de la 4ª Compañía de la misma Bandera, Pompilio Martínez Zaldívar.

EL MONO DE BERBERÍA


El anecdotario popular legionario, conocido por el “boca a boca”, cuenta las andanzas de un Cabo chileno que tuvo que vestir de legionario a una gallina para que no sucumbiera a las tentaciones de algún estómago vacío. Pero es el Teniente Rafael Montero Bosch, de la 3ª Compañía (ametralladoras) de la I Bandera, quien en su “Diario Africano. Impresiones de un Teniente de La Legión”, editado por el MINISDEF en 2015, nos da a conocer a un “personaje” que podríamos considerar como la primera mascota de La Legión: ““El día 24 nos levantamos tarde […] Hice varias fotografías y me retraté con el mono mascota, del que no he hablado nunca y que nos acompaña desde hace mucho tiempo: fue cogido por nuestros legionarios en Xauen y lo cuidan nuestros asistentes y ordenanzas; asiste a las operaciones en un mulo de municiones del 2º escalón y no se separa de nosotros; tiene mal genio y lo llevamos atado con una cadena; tiene su uniforme y gorro de La Legión, con el cual está graciosísimo.” Aunque ese día 24 es del mes de septiembre, debemos recordar, que la I Bandera llegó a Xauen en mayo de 1921, por lo que es ese el momento en el que la citada compañía adoptó a ese mono de berbería como su primera mascota.

Diario Africano

En julio de 1921 se aprueba la creación de dos nuevas Banderas y, al mes siguiente, el aumento de una compañía más de fusiles por Bandera. Con lo que pasan a tener tres de fusiles y una de ametralladoras.

POR FIN EL COMBATE

Tras el desastre de Annual, julio de 1921, se decide que es el momento para que La Legión entre en escena, de tal manera que sus tres Banderas entran en combate. En la zona occidental del Protectorado la III y las dos primeras acuden a la zona oriental en el llamado “Socorro a Melilla”

I y II Banderas en Melilla

LOS EXTRANJEROS

Desde el principio hubo alistamiento de extranjeros de distintas nacionalidades, principalmente europeos entre los que se encontraban los llamados “rusos blancos” (ejército del Zar) Pero el grupo más numeroso se incorporó a finales del verano de 1921. Era lo que se llamó Legión Cubana o Hispano Cubana. Unos ochocientos hispanoamericanos y españoles de las antiguas colonias, que pretendieron alistarse como una unidad completa y que finalmente, unos seiscientos de ellos, se alistaron individualmente. Este fue el grupo más numeroso de extranjeros durante la época fundacional. Lo sigue, en número, un nutrido grupo de norteamericanos y canadienses. En la Lista de Revista de octubre, los dos primeros asientos con nombres no castellanos corresponden a: “Willians Bron Brona y René Sterman Julian”

PRIMERA RECOMPENSA

Entre octubre de 1921 y agosto de 1922 se crean tres nuevas Banderas, las IV, V y VI y es en este último mes, cuando se le concede la primera Medalla Militar Colectiva al Tercio, por su actuación en el territorio de Melilla el verano anterior. Como la creación de la IV Bandera fue inmediatamente anterior a la asignación de una tercera compañía de fusiles y dado que la numeración de todas las compañías era correlativa, desde la primera, la numeración de éstas quedó como sigue:

I Bandera

1ª Cía. Fusiles

2ª Cía. Fusiles

13ª Cía. Fusiles

3ª Ametralladoras

II Bandera

4ª Cía. Fusiles

5ª Cía. Fusiles

14ª Cía. Fusiles

6ª Ametralladoras

III Bandera

7ª Cía. Fusiles

8ª Cía. Fusiles

15ª Cía. Fusiles

9ª Ametralladoras

IV Bandera

10ª Cía. Fusiles

11ª Cía. Fusiles

16ª Cía. Fusiles

12ª Ametralladoras

V Bandera

17ª Cía. Fusiles

18ª Cía. Fusiles

19ª Cía. Fusiles

20ª Ametralladoras

VI Bandera

21ª Cía. Fusiles

22ª Cía. Fusiles

23ª Cía. Fusiles

24ª Ametralladoras

 

VALENZUELA SUSTITUYE AL FUNDADOR

En noviembre de 1922, convaleciente de la segunda herida recibida con el Tercio, el Teniente Coronel Millán-Astray queda disponible en su domicilio dejando el Mando del mismo. Es sustituido, al frente de La Legión, por el de mismo empleo, Rafael Valenzuela y Urzáiz.

Teniente Coronel Valenzuela

MUERTE DEL JEFE Y SEGUNDA RECOMPENSA

En agosto de 1923 recibe La Legión, de nuevo, la Medalla Militar Colectiva para las I, II y IV Banderas por su actuación, en la zona de Melilla, entre el 28 de mayo y 5 de junio del mismo año. Este último fue el día en el que muere en combate el Jefe del Tercio, el Teniente Coronel Valenzuela. Primer y único Jefe de La Legión, muerto en combate al frente de su unidad, en una carga a la bayoneta calada y al toque de cornetín, en Tizzi-Azza. La noche anterior reunió a sus legionarios y les dijo: “Mañana entrará el convoy en Tizzi-Azza o moriremos todos, porque nuestra raza no ha muerto aún” Premonitoria frase. En ese combate murieron, además: 1 Capitán, 1 Teniente, 2 Alféreces, 5 Sargentos, 10 Cabos, 1 Corneta y 49 Legionarios. La mayoría defendiendo el cadáver de su Jefe.

Medalla Militar Colectiva

El devenir de los combates había impedido que el Tercio recibiera su primera Bandera de Combate – la Enseña Nacional – en Madrid, de manos de la Reina Victoria Eugenia, en junio de 1923. Esto hecho no se produciría hasta el fin de la guerra, en concreto el 5 de octubre de 1927 en Riffien, por la misma regia persona.

Entrega de la Primera Bandera

Primera Bandera del Tercio

Como se puede apreciar ya lucía el lema: “Legionarios a Luchar Legionarios a Morir”

FRANCO, DE FUNDADOR DE LA I BANDERA A, JEFE DE LA LEGIÓN

Para nuevo Jefe de La Legión es designado el recién promovido al empleo de Teniente Coronel y que hacía pocos días había dejado el Mando – por ascenso – de la I Bandera, de la que fue su primer jefe y fundador, Francisco Franco Bahamonde.

Teniente Coronel Franco

EL PRIMER EMBLEMA

Noviembre de 1923 es el momento en el que es aprobado: “[…], usarán durante su vida militar, como muestra de sus servicios en tan distinguidos puestos, el distintivo que a continuación se describe: […]” El popular emblema de La Legión nació como distintivo de permanencia o haber pertenecido. Y en la Colección Legislativa de ese año se publica su diseño, todo en dorado. Fue ideado y diseñado por el Capitán, Ayudante de Millán Astray, Justo Pardo Ibáñez, también destinado, al Tercio de Extranjeros, el 28 de septiembre de 1920.

Primer Emblema de La Legión

Iniciado el año 1924 se modifica la Regla 27 permitiendo que puedan servir en La Legión, los soldados de reemplazo y voluntarios sin premio, por el tiempo que les quede de servicio. Poco después se aprueba el reglamento de ascenso a los empleos de oficial en La Legión, que obliga a obtener la nacionalidad española para acceder a los mismos.

SE LLAMA “EL TERCIO”, TIENE CABALLERÍA Y LO MANDA UN CORONEL

En febrero de 1925 se le cambia el nombre por el de “Tercio de Marruecos” y su organización, al Mando de un Coronel, se estructura en dos Legiones con cuatro Banderas cada una. La Primera Legión en Tauima con las I, II y III Banderas y la Segunda Legión en Riffien con las IV, V y VI Banderas. El Coronel Jefe continúa en Ceuta. Este es el momento en el que La Legión dispone, por primera vez, de una unidad de Caballería, con la creación de un Escuadrón de Lanceros de guarnición en Riffien. Poco más tarde se crearían la VII Bandera y a inicios de 1926 la VIII.

Escuadrón de Lanceros

Al mes siguiente se le vuelve a cambiar el nombre por una Real Orden Circular de 2 de marzo que dice lo siguiente: “El Tercio de Marruecos, antes llamado Tercio de Extranjeros, se denominará simplemente «El Tercio», ya que en su breve y gloriosa historia ha consagrado este nombre, y que el personal de tropa a él perteneciente se designe con el nombre de «legionarios», puesto que La Legión es unidad fundamental de su organización”

DOS TÍTULOS: “CABALLERO” Y “LEGIONARIO”

Vemos pues que el propio Monarca, Alfonso XIII, confiere el Título de “Legionario” a la tropa de “El Tercio”. En la obra “La Legión. Al Tercio” escrita por Millán Astray a finales de 1922 y publicada en la primavera de 1923, donde nos cuenta como fue la génesis de La Legión, figura un capítulo titulado “Los Caballeros Legionarios” que comienza hablando de los extranjeros y continúa: “Y ahora ya hablaremos de todos los legionarios, sin distingos de razas ni colores de la piel; legionarios todos, todos buenos y todos malos. De los Caballeros Legionarios” Vemos pues que, dado que el Rey les asigna el Título de “Legionarios”, al Fundador le queda el honor de haberles asignado el de “Caballeros”, por lo que son conocidos y denominados los legionarios, como: “Caballeros Legionarios”

El ya General Franco entrega el Mando al Coronel Millán Astray (1926)

SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON MALAS

Franco, que ya era Coronel cuando el cambio de organización, se mantiene como Jefe de La Legión hasta febrero de 1926 por su ascenso a General – todos sus ascensos, hasta el generalato, por méritos de guerra – tras el Desembarco de Alhucemas. Este es el momento que para sustituirlo al frente de La Legión, se designa, de nuevo al Coronel Millán Astray, que vuelve ya manco, de su brazo izquierdo, debido a su tercera herida. Durante los combates posteriores, al frente del Tercio, sufre una cuarta herida por la que pierde el ojo derecho, le destroza el maxilar izquierdo y le afecta al oído interno y por tanto al sentido del equilibrio. Desde ese momento sufrió de afecciones neurológicas que condicionaron su vida. Estuvo al frente de La Legión hasta su acenso a General en 1927, momento en el que el Rey lo nombró “Coronel Honorario de La Legión”, por ser su primer Jefe y Fundador y para mantenerlo unido de por vida al Cuerpo que creó. Por ese motivo mantuvo en su bocamanga las tres estrellas de ocho puntas de Coronel, en su uniforme de General.

Cruz de Guerra, francesa, con Palma de Oro

CRUZ DE GUERRA FRANCESA CON PALMA DE ORO

Con motivo de las Operaciones combinado-conjuntas entre Francia y España (Desembarco de Alhucemas de 1925), “Le Général BOICHUT Membre du Conseil Supérieur de la Guerre, Commandant Supérieur des Troupea du Maroc” condecoró al Tercio y al propio Millán Astray, con la Cruz de Guerra Francesa con Palma de Oro.

Retrato del Coronel Millán Astray después de la Guerra. 1927

Francisco José Tortosa Antón

Teniente Coronel (Retirado)

Colaborador de la Sala Histórica

de la Brigada de La Legión

Génesis, fundación y creación de La Legión Española